La salud bucodental está directamente relacionada con ir al dentista. En muchas ocasiones, las personas dejan de ir por miedo a lo que pueda suceder dentro de la consulta. A esto se le llama dentofobia.
La dentofobia es el miedo a ir al dentista. Es la causa por la que muchas personas dejar de ir a las consultas o rechazan los tratamientos dentales, y, como resultado, sufren dolor y agravan el problema hasta que casi es irremediable acudir.
Esta fobia no solo se produce por el simple hecho de asistir, sino que en muchas ocasiones el problema del miedo va creciendo a medida que se va al lugar, que se llega a la clínica, que se habla en la recepción o que se sienta en la silla de la consulta.
¿Cuáles son los síntomas?
Como cualquier otra fobia, tiene una serie de señales e indicios que permiten reconocerla:
– Aceleración del pulso cardiaco
– Manos temblorosas y húmedas
– Sudores fríos y repentinos
– Dolor de estómago
– Dificultad para respirar
A menudo, los problemas que van apareciendo en la boca pueden tener una fácil solución cuando comienzan a manifestarse. Si las bacterias que van surgiendo se les permite acumularse en la boca, va a suponer la aparición de más enfermedades. Estas pueden dirigirse directamente al torrente sanguíneo y provocar problemas cardiovasculares que sean ya más complicadas de eliminar. Un simple inconveniente en la boca puede causar graves problemas en nuestro cuerpo si no se trata a tiempo. Es por ello por lo que es importante reconocer y evitar la dentofobia antes de que sea demasiado tarde.
¿Cómo podemos combatirla?
1.Conocer cómo se realizan los procedimientos
Nada se parece asistir hoy al dentista que como lo era antes. La tecnología y los avances en los instrumentos han permitido cambiar por completo el trato hacia el paciente. El paciente sufre menos, siente menos y está mucho más tranquilo.
Además, gracias a los progresos en la sedación, los pacientes podrán hacer frente a los episodios de estrés que puedan causar la llegada al dentista.
2. Asiste a consulta en los horarios donde haya menos gente
Asistir a consulta cuando hay muy pocos pacientes facilitará no ponerte nervioso por el ruido de las máquinas o por el volumen de pacientes. Así, evitarás que la tensión o miedo de otros pacientes no agrave el tuyo.
Si, por otro lado, eres de las personas que están pensando todo el día en la cita, intenta cogerlo lo más pronto posible. Cuanto antes te lo quites, mejor.
Otra alternativa horaria es acudir a primera hora de la mañana, ello te resta tiempo para pensar en el dentista.
3. Habla con tu dentista
Conocer cómo va a ser tu tratamiento y que expectativas debe tener sobre ello es muy importante a la hora de reducir el estrés. Tener esta conversación con tu especialista evitará que comiences a dar rienda suelta a tu imaginación.
Además, es vital aprovechar cita para comunicarle a tu dentista cuáles son tus miedos. Si conoce a qué le temes, podrá prepararte y ayudarte de la mejor forma posible.
4. Ir acompañado
Ir a consulta parece cosa de uno, pero si tienes miedo o fobia es mejor que vayas acompañado. Puedes pedir a un amigo o un familiar que te acompañe y te espere fuera. Saber que hay alguien esperándote puede reducir el nivel de estrés y ansiedad.
5. Escuchar música o leer
El trayecto o la espera en la clínica puede hacerse cuesta arriba. Para reducir los nervios provocados por la dentofobia es recomendable intentar evadirse. Llevarse un libro o escuchar música pueden ser buenas opciones para conseguirlo. Cualquier distracción es buena para calmarse en esos momentos.
6. Aprender técnicas de relajación
Los ejercicios de relajación ayudan a controlar y reducir los niveles de ansiedad. Una de esta técnica es la relajación profunda, que consiste en inspirar aire de forma lente, aguantar la respiración y soltarla tranquilamente. Ha de hacerse cada 2-4 minutos. Es perfecta para realizarla en cualquier lugar y momento.
7. Señales de pausa
Es necesario confiar en el trabajo del experto, pero hay veces que el estrés puede pasarnos una mala jugada. Si esto ocurre durante una intervención, es importante saber que existen señales de pausa que se pueden hacer a nuestro dentista para que pare. Puede ser tanto un gesto con el dedo o levantar el brazo.
Poner en común una señal entre los dos puede hacer que confíes más y tengas una sensación de control en todo momento.
En RL Dental trabajamos para que tu experiencia en la clínica sea lo más cómoda posible. Si quieres conocer más sobre nuestros productos o servicios, no dudes en contactarnos. Estaremos encantados de atenderte.